La fiebre suele ser un síntoma que indica un proceso infeccioso que en la mayoría de los casos es banal y autolimitado. Cuando el cuerpo eleva la temperatura está dificultando que los microorganismos se multipliquen por lo que se puede considerar un mecanismo de defensa. Sin embargo cuando un pequeño empieza con unas décimas de fiebre sus familiares lo pueden vivir con gran preocupación y angustia y les puede llevar a consultar rápidamente con el médico. Lo más importante siempre va a ser el estado general de niño. Si está contento y jugando no debemos preocuparnos. Sólo hay que tener prisas para consulta con el pediatra cuando un niños tiene fiebre: cuando es menor de 3 meses o cuando el estado general de niño está muy afectado (muy decaído o muy irritable).
¿Por qué
los padres tienen tanto miedo a que su hijo tenga fiebre?
En 1980, un pediatra estadounidense
llamado Barton D. Schmitt, escribió
por primera vez sobre la fiebre-fobia. Introdujo un término nuevo
para referirse al miedo
injustificado que algunos padres presentaba ante la fiebre y
sus posibles complicaciones, como por ejemplo daño cerebral, convulsiones,
ceguera, coma y/o muerte, todas ellas infundadas. Ya entonces se alertó sobre
la necesidad de una adecuada educación sanitaria para evitar la propagación de
un temor injustificado.
Sin embargo, más de 35 años después, la situación no ha mejorado en absoluto. El
miedo se ha transmitido de generación a generación como la peor de las enfermedades infecciosas, y no solo se
transmite de padres a hijos, sino también dentro de los hospitales y centros de
salud, con sanitarios que transmiten sus temores a sus propios pacientes.
5 errores que inducen a los
padres a tener fiebrefobia
Solo existe una
manera de erradicar la fiebre-fobia, y es continuar con la transmisión de una buena información por parte
de los profesionales, que además debemos ser los primeros en creer nuestras
propias recomendaciones. Y es que es fundamental conocer que:
1. El tratamiento precoz de la fiebre NO evita la
aparición de las temidas convulsiones febriles, a pesar de que
más del 80% de la población sigue opinando que esto es así. Además, este tipo
de convulsiones suelen tener un carácter benigno, no dan lugar a epilepsia y desaparecen con el tiempo.
Lo que se deben evitar son los cambios bruscos de la temperatura corporal.
2. Si el niño se encuentra bien, NO es necesario
tratar la fiebre con antitérmicos.
Tres de cada cuatro padres
confirman haber escuchado en su casa la siguiente frase una o varias veces:
'este niño está ardiendo, dale algo…'. Es fundamental transmitir que la
fiebre es un mecanismo de defensa frente a las infecciones, que limita el
crecimiento bacteriano y la replicación viral y, en definitiva, colabora en la
resolución de los procesos infecciosos. Hay que tratar solo cuando los niños se
encuentren mal, con escalofríos, para quitar los síntomas molestos asociados a
la fiebre, pero nuestro objetivo no es que desaparezca la fiebre. Debemos
tratar a nuestros niños, no al termómetro.
3. NO es conveniente alternar varios medicamentos
para que el efecto antitérmico sea más potente. No interesa que
el efecto antitérmico sea potente, lo que interesa es que desaparezcan los
síntomas desagradables asociados a la fiebre, no que el niño quede
afebril. Además, la alternancia de antitérmicos favorece la aparición de
efectos secundarios y errores de dosificación, ambos potencialmente graves. La
mayoría de las sociedades científicas pediátricas desaconseja esta práctica en
la actualidad.
4. NO se deben aplicar medidas físicas, tales como
paños húmedos fríos o baños en agua tibia para tratar la fiebre. El
decálogo de la fiebre de la Asociación Española de Pediatría de Atención
Primaria (AEPap), desaconseja claramente el uso de medidas físicas. No mejoran
los síntomas de la fiebre y pueden dar lugar a cambios bruscos de temperatura
que no son deseables.http://www.familiaysalud.es/recursos/decalogos-aepap/decalogo-de-la-fiebre
5. En cualquier niño con fiebre y
buen estado general, NO es
necesario consultar de forma precoz al pediatra. 'Padres,
¿cuándo empezó con la fiebre el niño?' 'Pues, acabamos de salir de la piscina
ahora mismo, y mientras el niño se tomaba un helado, le hemos tocado la frente
y le hemos notado caliente. Venimos porque se echa encima el fin de semana y
tenemos miedo de que sea algo grave'.
Acudir inmediatamente a un centro
de urgencias en los primeros minutos de la fiebre, si el niño
tiene buen estado general, sólo consigue aumentar la inquietud de los padres,
pues la exploración física será normal con casi toda seguridad, y no tendrán
valor las pruebas complementarias. Espera
un tiempo razonable de 24-48 horas para ver cómo
evoluciona la enfermedad, y entonces consulte a su pediatra. Solo hay dos excepciones: menores
de 3 meses y alteración del estado general, es decir, cuando el niño no tiene
fuerzas ni para llorar.
Pero ojo, si tienes dudas, consulta. No tengas miedos injustificados. No pongas tu
granito de arena a la persistencia de la fiebre-fobia. Y si es un sanitario el
que está asustado, tranquilízale, pues estarás ayudando no solo a una persona,
sino a un transmisor de información a otros pacientes y estarás evitando la
persistencia de un propagador viral de la fiebre-fobia.
AUTOR:
Roi Piñeiro Pérez
Pediatra
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DECÁLOGO DE LA FIEBRE EN LOS NIÑOS