Los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad
(TDAH) suelen tener problemas de comportamiento y dificultades de aprendizaje.
Ambos son igual de importantes y condicionan la evolución del trastorno. La
intensidad de la hiperactividad, de la impulsividad y de la falta de atención,
condicionarán el comportamiento del niño y su relación con su familia, sus profesores y sus compañeros. Durante los primeros años de vida los problemas de
conducta es lo que más preocupa a los padres. Posteriormente los problemas de
aprendizaje suelen ir ganando protagonismo y acaban siendo muy importante para
el niño y la familia.
El TDAH es algo más que un problema de comportamiento o escolar ya que puede deteriorar la calidad de vida de quien lo sufre y de sus familiares. Por ejemplo se sabe que las personas con TDAH tienen más riesgo de accidentes, de fracaso escolar y de menor progresión laboral y social.
Aunque tradicionalmente el TDAH se ha considerado un problema de la infancia, hoy sabemos que aproximadamente dos de cada tres niños con TDAH continuarán con síntomas durante la adolescencia e incluso la edad adulta.
Recientemente el Ministerio de Sanidad ha publicado una Guía de Práctica Clínica sobre las Intervenciones Terapéuticas en el TDAH. El mejor tratamiento del TDAH es el multimodal que incluye: intervención psicoeducativa con la familia, tratamiento psicopedagógico en el colegio y tratamiento psicológico y/o farmacológico según la intensidad y gravedad de los síntomas.
En el siguiente enlace se muestra el documento Anexo con información para personas con TDAH, familiares, padres y educadores: